Lecturas de noviembre de 2020

Noviembre en Sevilla ha venido con aires de primavera, sol y buen tiempo (mangas cortas, incluso). En este mes, que ha sido precioooooso (aunque sigamos en tiempos duros que parecen alargarse sin final), os recomiendo tres libros magníficos: La constelación del perro, de Peter Heller; Un mundo helado, de Naomi Novik; y Cómo ser mujer, de Caitlin Moran.

En mi cuenta de Pinterest he publicado una selección de citas junto con los libros que desarrollo a continuación. Y si necesitas más recomendaciones de libros, siempre puedes mirar aquí o leer alguna reseña más extensa.

La constelación del perro, de Peter Heller

Autor: Peter Heller.

EditorialBlackie Books, 2019.

Traducción de Blanca Rodríguez y Marc Jiménez Buzzi.

Hig vive en un pequeño aeropuerto en Estados Unidos con Jasper y Bangley. Jasper es su perro; Bangley es un superviviente nato que ha decidido compartir sus recursos con Big Hig. El mundo tal y como lo conocemos se fue al traste: una pandemia aniquiló a la mayoría de la población. Nos suena de algo, ¿no?

Peter Heller (Nueva York, 1959) escribió este libro —su primera novela— en 2012, aunque leyéndola este mes me ha sabido más reciente que nunca. El protagonista, Hig, es un narrador irónico a la par que tierno. Lleva nueve años sobreviviendo; tan solo sobreviviendo. A través del humor con el que relata su presente, nos conduce al pasado mediante flashes y recuerdos en los que le conocemos cada vez más.

Hig tiene una presencia delicada, pero una voz contundente que te arrastra con él y con sus reflexiones en pos de algo más que la simple supervivencia. Pero él, Jasper y Bangley no son los únicos que aún viven: hay también comunidades de menonitas ya infectadas del virus, así como personas (que parecen) más violentas y salvajes. Hig tiene una avioneta con la que vigila lo que sucede en la tierra que les rodea; Bangley tiene armas y experiencia y no se anda con chiquitas. Jasper… bueno, Jasper es un perro; como tal, es imposible no cogerle cariño a partir de la segunda página. Después de todo, si quieres conocer el mundo postapocalíptico tienes que conocer a Hig, y si quieres conocer a Hig necesitas ganarte primero a Jasper. No podría ser de otro modo.

Este es el segundo libro que me prestó Pilar. El estilo es tan maravilloso —TAN maravilloso— que me he terminado la historia antes de poder darme cuenta. Los diálogos están medio integrados en la narración: en vez de utilizar guiones, Heller utiliza el salto de línea para dividir lo que dice cada personaje. Este recurso se entiende fácil y no supone en absoluto una dificultad en la lectura. Algo que también caracteriza mucho al estilo son las largas y minuciosas descripciones, pero EY, NO COMO IMAGINAS. Siempre me ha costado bastante leer textos con descripciones muy detalladas porque es complicado que no rompan el ritmo de la lectura, pero en este caso son bonitas, fluidas e incluso cinematográficas, por lo que en vez de sacarme de la historia me ayudaban a dibujarla aún mejor en mi cabeza.

No tengo nada que perder y aun así, no sé por qué, es como si nada siguiera siendo algo.

La constelación del perro, Peter Heller (Blackie Books, 2019).

La constelación del perro me ha supuesto todo un descubrimiento: por su narración limpia y sincera, por sus guiños humorísticos, por sus paisajes. La historia es interesante; da, además, pie para reflexionar sobre muchas de las batallas internas —de las dudas— con las que todos lidiamos inevitablemente, pero desde un punto de vista lejano, esclarecedor. Me dio pena terminármelo. Leedlo, leedlo para comentarlo conmigo y que así no sienta tanta pena por haberlo terminado ☹

Un mundo helado, de Naomi Novik

Autora: Naomi Novik.

Editorial: Editorial Planeta, 2019.

Traducción de Julio Hermoso Oliveras.

Ya os comenté en octubre que llevo varios meses con ganas de una buena historia de fantasía. Me leí en verano El castillo ambulante (Ed. Nocturna, 2018) y me sació las ganas, pero hace poco volvieron y no sabía qué hacer con ellas. Por suerte, bicheando en Internet me encontré con Un mundo helado, de Naomi Novik (1973).

Esta autora estadounidense había publicado anteriormente diez libros que pertenecen a la saga Temerario y que tratan sobre un capitán del ejército británico en las pasadas guerras napoleónicas, con el añadido fantástico de que los dragones existen y son usados en las guerras entre Asia y Europa. En 2016, Novik publicó Un cuento oscuro y, en 2018, Un mundo helado. Cuando me comencé este último, no sabía que existía otro anterior. Las historias son —por suerte— independientes, aunque comparten la originalidad narrativa de múltiple narrador. Teniendo en cuenta lo muchísimo que me ha gustado esta historia, no creo que tarde en empezar a leer Un cuento oscuro.

Un mundo helado es un libro fantástico con múltiple narrador en primera persona. La historia se desarrolla en un mundo basado en una estructura medieval, aunque no se precisa ningún momento histórico. El país en cuestión se llama Lithvas y su gobernante es un zar. Podría recordarnos a Rusia, debido también al frío intenso en el que están sumidas sus tierras. Sin embargo, pronto comprendemos que este invierno no es natural, sino que está provocado por unos seres codiciosos de oro que viven en el bosque: los staryk.

La primera narradora que aparece es Miryem, una chica judía —es la única cultura conocida de la que se habla en el libro— cuya familia es pobre y se encuentra cerca de la hambruna. Miryem decide retomar el trabajo de su padre, convirtiéndose en prestamista. Es inteligente y justa, por lo que consigue no solo sacar de la pobreza a su familia, sino convertirla en rica. Cuando esta noticia llega a los oídos de los staryk, la avaricia los incita a dar con ella y obligarla a firmar un peligroso pacto.

La historia de Miryem se cruza con la de Wanda, Sergey y Stepon, tres hermanos mucho más pobres que viven bajo el yugo de un padre maltratador. Wanda será la próxima narradora en intercalarse en el texto. Poco después aparecerá Irina, una noble que conocerá a Miryem en su camino. En total, son seis los personajes que toman la voz y se pasan el testigo de la narración, aunque los más importantes son estas tres mujeres, tan diferentes en principio. Nunca sabemos el aspecto de ninguna de ellas, más allá de que ninguna es considerada guapa ni por ellas mismas ni por las personas que las rodean. Son, sin embargo, inteligentes, valientes, resilientes.

Cuando la voz narrativa comienza a intercambiarse entre Miryem y Wanda, la lectura cuesta un poco más. Me sentí algo perdida, si bien pude cogerle el tranquillo rápidamente. También es debido a una decisión por parte de la autora que luego agradecí: Irina y Miryem hacen uso de una narración mucho más fluida, debido a su educación más refinada; mientras que Wanda —entre otros personajes— narra a trompicones, con expresiones más pobres y construcciones sintácticas más sencillas. En cuanto me acostumbré a esto, la lectura fue fácil y —cada vez más— adictiva. Si antes creía que el libro más largo que he leído este año había sido La constelación del perro, ahora entiendo por qué Un mundo helado me recordó tantísimo a una serie: tiene 624 páginas, de las cuales no fui apenas consciente (por habérmelo leído en el libro electrónico).

La autora va introduciendo al resto de los narradores poco a poco, cambiando de una voz a otra siempre de forma encadenada. Es cierto que esta forma de contar la historia es más larga, pero está inevitablemente más llena de detalles y los diferentes puntos de vista la hacen más rica. El discurso se construye alrededor del feminismo, pues es una obra que reivindica la fuerza de las mujeres y que rompe con todos los clichés de los que las historias fantásticas tanto abusan (POR FIN).

Un mundo helado es un libro llena de fuerza, con personajes sólidos cuyas decisiones son creíbles y sus valores son tan férreos que no renuncian a ellos por nadie. La trama es, además, un diez: es interesante, está bien hilada, crea todo un mundo fantástico para el lector y no deja de sorprenderte. Cuando parece que va a acabar, la historia se complica (si no me mordí todas las uñas no me mordí ninguna). Ha sido más de lo que esperaba encontrar cuando me propuse leerme un libro de fantasía este mes y por ello no puedo sino suplicar: @netflix, ¿hacemos una serie?

Cómo ser mujer, de Caitlin Moran

Autora: Caitlin Moran.

Editorial: Editorial Anagrama, 10ª edición: 2019.

Traducción de Marta Salís.

Este libro fue uno de los que heredé de mi amiga Tere, quien —sabiamente— regala muchas de sus lecturas cuando ya se las ha leído. No sabía qué me iba a encontrar al abrirlo y, a decir verdad, la única pregunta que me venía a la cabeza cuando lo empecé fue “¿cómo (leches) ser mujer?”. Porque, después de todo, yo tampoco tenía (ni tengo) la menor idea.

El libro está a medio camino entre el ensayo y la autobiografía. Caitlin Moran (Brighton, 1975) es periodista y escritora. A través de su experiencia personal, reflexiona sobre el feminismo más real y sincero. Porque todas somos, inevitablemente, humanas y nos equivocamos. Además, no tenemos aún las claves para acercarnos siquiera a la forma correcta (si es que la hay) de ser feminista. Todo esto deriva en el hecho de que el feminismo coloquial se aleja de la imagen políticamente correcta de un feminismo perfecto. No, el feminismo de andar por casa tiene todavía muchas contradicciones, lagunas, errores. En medio de este caos —en el que se enfrenta el quién debería ser con el quién quiero ser con el por qué cojones hago esto— la verdadera pregunta es cómo ser mujer.

Caitlin Moran recorre todas las etapas de la vida de una mujer (la menstruación, el vello, el trabajo, el machismo habitual, el aspecto físico, el sexo, los hijos, el embarazo…) desde la reflexión feminista. El tono es mordaz, directo, sincero; no hay en el tabúes ni rastro de la corrección política. Pero lo mejor es que el estilo es total y completamente humorístico e irónico. ME HE REÍDO EN VOZ ALTA LEYENDO ESTE LIBRO. También ha conseguido que mi cerebro se detuviera durante un momento —para luego explotar presa del conocimiento— al verbalizar algunos hechos y comportamientos a los que yo nunca les había puesto palabras.

La obra es un estudio de la mujer actual tanto desde la perspectiva de una mujer (la autora) como de la sociedad (que no puede evitar juzgar cada decisión que toman las mujeres, desde qué llevan puesto hasta lo egoísta o no que es no tener hijos). El lenguaje es coloquial —es bruto; no se me ocurre una palabra más exacta para describirlo— y la narración sórdida.

Moran dice lo que quiere decir y eso se disfruta mucho siendo la afortunada lectora que ha dado a parar con sus reflexiones que, cuanto menos, son interesantísimas. La honestidad del texto no solo se demuestra en cómo se dicen las cosas, sino en qué cosas se dicen. De esta forma, los temas tratados no son solo aquellos de una trascendencia obvia, sino también todos aquellos que nos preocupan —o que la sociedad cree que deberían preocuparnos— pero de los que nadie admitiría pensar más de la cuenta en una reunión sobre feminismo (tacones, bodas, stripteases, lo idiotas que podemos llegar a ser por amor a veces).

Seas hombre o mujer, este libro es para ti. A veces parece que la literatura de carácter marcadamente feminista es solo para mujeres. No entiendo muy bien esta idea, porque según esa regla de tres muchísimos libros considerados clásicos universales —de carácter marcadamente machista; véase Bukowski, Fitzgerald, etc.— deberían leerlos hombres y punto.

Si a estas alturas no te he convencido de que —de corazón— vas a disfrutar muchísimo este libro, solo puedo añadir que he aprendido mucho. Además de reírme, de reflexionar, de pasar un buen rato, de acercarme a la personalidad hipnotizante y extravagante de Caitlin Moran, de discutir con ella en algunos aspectos en los que no concordamos… Además de todo eso, he aprendido sobre un pasado que no viví; sobre la importancia del lenguaje para otorgar o quitar poder; sobre cultura popular. He aprendido a tener más respeto, a juzgar menos y a cuestionar(me/todo) más. Ah, y también que las mayúsculas reiteradas y una voz narrativa taaaaaaaaaaan personal le salvan a una cualquier día.

¿Qué os han parecido? ¿Os habéis leído alguno de estos libros? ¿Tenéis alguna obra que recomendarme para diciembre?

¡Espero que os haya gustado el artículo y que leáis mucho!

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