Lecturas de diciembre de 2020

En el mes de diciembre una siempre está más liada… ¡y este mes para mí ha sido especialmente movido! Sin embargo —pese a todo— me he leído dos libros muy diferentes entre sí, pero ambos me han gustado mucho: El exorcista, de William Peter Blatty; y La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera . Os explico en esta entrada por qué los recomiendo.

En mi cuenta de Pinterest he publicado una selección de citas junto con los libros que desarrollo a continuación. Y si necesitas más recomendaciones de libros, siempre puedes mirar aquí o leer alguna reseña más extensa.

La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera

Autor: Milan Kundera.

Año: 1984.

Editorial: Círculo de lectores (licencia editorial cortesía de la editorial Tusquets), 1988.

Este libro me lo recomendó Manu hace un año… y lleva en mi estantería desde entonces. Peeeeero este mes, por fin, decidí leérmelo. Ha sido una buena elección: ¡me he enamorado completamente! La versión que yo he leído consta de un prólogo escrito por Joaquín Marco que ayuda a comprender el contexto y la obra en sí.

Se trata de una novela-ensayo publicada en 1984, pero ambientada en Praga en 1968. Kundera emigró a Francia con 46 años, por lo que se basa en su propia experiencia para hablar sobre el exilio y la añoranza del país. El libro tiene 319 páginas y se divide en siete partes.

El texto está escrito en tercera persona a través de un narrador omnisciente que, sin embargo, parece tener una presencia física. Kundera presenta a los personajes como lo que son —personajes— para adquirir sutilmente la posición de narrador-autor, jugando con la cuarta pared y con la meta escritura. A lo largo de la narración se nos olvida su presencia como creador de ese mundo, pero en ciertos momentos se hace notar.

La insoportable levedad del ser es una novela cuyo tema fundamental es el amor, pero el amor transcurre en los tiempos de la desesperanza y el desengaño […]; una reflexión sobre la humillación, la complejidad del amor, el sexo y también la muerte ”.

Prólogo de Joaquín Marco a La insoportable levedad del ser (Milan Kundera, 1988).

La historia trata de las emociones que vinculan a varias personas; es un estudio de la actitud y la (in)comunicación humana, del cuerpo y de la identidad. Tomás y Teresa se enamoran y comienzan una relación amorosa. Sin embargo, Tomás es incapaz de ser leal sexualmente a pesar de su amor ciego por Teresa. Por ello, Tomás mantiene relaciones sexuales con otras mujeres: entre ellas destaca Sabina, una artista que mantiene una relación con Franz, que —a su vez— está casado y, también, mantiene una relación con una joven estudiante…

Como la vida misma, Kundera nos muestra las emociones que unen y desunen las almas, cuerpos y mentes de personas que se cruzan y se alejan a lo largo de la vida. La novela se desarrolla a través de reflexiones filosóficas que tratan una variedad amplísima de temas, reflejo de los pensamientos que tenemos todos en nuestro día a día. La historia destaca por su verosimilitud y su naturalidad; inevitablemente, todos nos (des) enamoramos, cambiamos, reflexionamos, ganamos, perdemos, sufrimos.

El narrador nos muestra lo que cada uno de los personajes siente, lo que te acerca a cada uno de ellos por mucho que no compartas sus decisiones. Cada uno recuerdo un suceso de una forma diferente, lo que se remarca con un pequeño diccionario de palabras incomprendidas que el autor intercala. En él, se recogen aquellas palabras que los personajes no entienden de la misma forma y que forma una relación de símbolos del mundo interior de cada personaje. Vemos lo que entiende cada uno de los grandes términos que los unen y que, también, son abismos insalvables que los separan. Esto, unido a la forma en la que Kundera navega por lo más profundo —y, a la vez, lo más básico— de ellos, hace que esta sea una novela psicológica que se sumerge en las conductas, decisiones y comportamientos humanos.

“Los personajes de la obra de Kundera parecen decidir desde la irracionalidad; porque lo racional queda modificado por los sentimientos. […] los personajes tal vez no estén seguros de actuar correctamente, pero tienen la seguridad de «estar actuando tal como querían actuar»”.

Prólogo de Joaquín Marco a La insoportable levedad del ser (Milan Kundera, 1988).

Además de que la mayoría de reflexiones me han resultado interesantísimas —incluye incluso alguna sobre el problema teológico que genera la existencia de la mierda como tal—, la historia me ha parecido tierna y real. La forma de narrar de Kundera es soberbia: sencilla, directa, cruda, irónica a veces y dulce sin acaso pretenderlo. El capítulo final es precioso; la manera perfecta de enmarcar una novela que he disfrutado en cada una de sus páginas. La insoportable levedad del ser me ha conquistado: ha sido una experiencia mágica terminar el año con una novela así de preciosa.

El exorcista, de William Peter Blatty

Autor: William Peter Blatty.

Año1971.

Y como la vida no tendría sentido sin una de cal y otra de arena, este mes he leído también algo completamente contrario: una novela llena de escenas grotescas, asquerosas y escalofriantes. ¡No es, sin embargo, lo que me esperaba de El exorcista! Nunca había visto la peli porque —digámoslo claro— soy una verdadera cagona. Toda la vida he tenido miedo a la oscuridad (ya no tanto) y las pocas películas de miedo que he visto han sido acompañada de alguien que me avise de las partes desagradables. Me atraen, como a casi todo el mundo, las historias que mueven a fantasmas, asesinos, etc., a cometer actos viles, pero no se me da bien asimilar el gore por muy suave que sea.

Sin embargo, mi amigo Pepe y yo decidimos leer juntos este libro para comentarlo conforme avanzábamos, y ha sido toda una sorpresa. La historia —narrada en tercera persona omnisciente— trata sobre Regan, una niña de once años que comienza a sufrir transformaciones extrañas tanto en el comportamiento como en el físico. Estos sucesos llevan a su madre —Chris MacNeil, una famosa actriz de cine— a buscar una explicación científica que ayude a curar a su hija. Ante la dificultad de encontrar una solución médica o psiquiátrica, madre e hija cruzarán sus caminos con Damien Karras (un curioso cura) y con Kinderman (un peculiar policía de homicidios). ¡No quiero contar mucho más para que os encontréis las mismas sorpresas que me encontré yo!

El libro está dividido en cuatro partesEl comienzo, El borde, El abismo, “Y que mi clamor llegue hasta ti…”— que se subdividen en capítulos muy dinámicos. Las descripciones son grotescas, visuales; la voz narrativa es fluida, fácil de seguir. Hay ironía y humor en las conversaciones entre los personajes, que, además, son muy naturales. Mis favoritos eran los diálogos del inspector Kinderman, porque es un hombre realmente peculiar (le hace falta algo de cariño).

La historia se desarrolla en pos de los diferentes puntos de vista de varios personajes. Esto ayuda a hacerse una imagen global de la trama, la cual se va desarrollando poco a poco, volviéndose cada vez más complicada. Me pareció interesante que hubiera tanta información científica que, desde la divulgación, tratara de dar explicación a los comportamientos extraños de Regan. Obviamente (basta con saber que el libro fue publicado en 1971), parte de estas investigaciones médicas están obsoletas, pero es igualmente curioso recorrer la lógica de los especialistas que buscan un diagnóstico para Regan.

Tanto Pepe como yo pensábamos de antemano que la historia iba a girar exclusivamente en torno al exorcismo. Pero, realmente, la trama tiene mucho de novela negra, de detectives y de misterio. Esto nos supuso una sorpresa; y, para mí, un punto positivo más, porque nos quedaban cuarenta páginas para terminar la novela y seguíamos sin saber la verdad sobre algunos de los misterios. Si bien el final nos pareció a ambos algo precipitado, nos gustó la resolución del libro (aunque no entendemos el porqué de la existencia del primer capítulo).

Os dejo algunas capturas de mis conversaciones con Pepe hablando de nuestras impresiones del libro conforme lo leíamos. Íbamos construyendo teorías sobre lo que iba a pasar, aunque no en todas acertamos. Y el final también nos sorprendió. ¡La conclusión es que nos ha gustado y lo recomendamos! Ahora me toca ver la peli…

¿Qué os han parecido? ¿Os habéis leído alguno de estos libros? ¿Tenéis alguna obra que recomendarme para este nuevo año?

¡Espero que os haya gustado el artículo y que leáis mucho!

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