UNA HABITACIÓN PROPIA

VIRGINIA WOOLF

Ensayo breve en primera persona de principios del siglo XX (1929). Reflexiona sobre la relación entre mujeres y literatura, así como sobre otros temas concernientes. Es uno de los textos que sienta las bases de la primera ola de feminismo.

  • Título original

    A Room of One’s Own

  • Traducción

    Laura Pujol

  • Editorial

    Seix Barral (Planeta)

  • Año y lugar de edición

    2018, Barcelona

  • Número de páginas

    155

  • Lo mejor

  • Reflexiones aún vigentes
  • Datos interesantes de la época
  • Frases para pensar
  • Breve y directo

Resumen en imágenes

Virginia Woolf (1882—1941) es una escritora reconocida internacionalmente cuya obra consiste, en su mayoría, en novelas experimentales como La Señora Dalloway (1825), Al faro (1927), Orlando (1928) y Las Olas (1931). Llevo años queriendo leerme alguno de sus escritos y, hace un par de veranos, topé con Las olas en una pequeña librería de segunda mano en Santiago de CompostelaGalicia. Llevo desde entonces con dicha novela atragantada; es, quizás, demasiado experimental para sentirme cómoda, ya que la historia se desarrolla sin narrador, avanzando simplemente a través de los pensamientos de los personajes.

Todavía con las ganas insatisfechas de leer algo de la autora, me llevé de la biblioteca este pequeño texto del que había oído hablar tantas veces. Una habitación propia es un ensayo breve —tremendamente rápido de leer— en el que Virginia Woolf reflexiona sobre las mujeres y la literatura. El contexto para tal divagación son dos conferencias que le ofrecieron dar en 1928 sobre el tema. De esta forma, el texto final muestra el monólogo interno de la autora mientras se informaba y escribía dichos discursos. El estilo del texto es muy marcado, con una opinión personal fuerte que a veces se pierde en cavilaciones más rebuscadas. Sin embargo, en general es un libro conciso y simple que perfila la primera ola del movimiento feminista. Es importante tener en cuenta, ante todo, que es la opinión personal de la autora, por lo que habrá puntos en los que puedas no estar de acuerdo con ella.

«Durante todos estos siglos, las mujeres han servido de espejos dotados del mágico y delicioso poder de reflejar la figura del hombre al doble de su tamaño»

La base de la que parte el ensayo es que, según V. Woolf, “para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un cuarto propio”, es decir, independencia económica, tiempo y privacidad. Para explicar dicha tesis, la escritora nos habla, tan solo 9 años después de que las mujeres tuvieran derecho al voto en Gran Bretaña (1919), de diferencias de género, de casos concretos, de citas de hombres con respecto a mujeres, de datos. Es realmente interesante leer, por ejemplo, sobre los argumentos con los que los hombres defendían que las mujeres eran inferiores a ellos. La autora reflexiona, también, sobre la conciliación de la vida familiar y profesional, el lesbianismo, la amistad entre mujeres o sobre los estímulos que pudiera tener una mujer en el siglo XIX para ser artista (casi ninguno, pues la sociedad por completo se le oponía).

“Me atrevo a adivinar que Anónimo, que escribió tantos poemas sin firmarlos, era a menudo una mujer”

Uno de los aspectos más impactantes es el hecho de que aún sean vigentes tantas de las afirmaciones que recoge el libro. Virginia Woolf termina también haciendo un ruego: “escriban toda clase de libros, por trivial o por vasto que sea el tema”. Me parece importante compartir dicho pensamiento para dejar de dividir libros en buena o mala literatura. Es necesario escribir sobre todos los temas, leer sobre todo y ampliar cada vez más la mente y el conocimiento; estos evolucionan constantemente. A veces nos centramos tanto en leer un buen libro que olvidamos disfrutar y la lectura se convierte en una actividad pesada y doblegada a lo que otras personas piensan que es bueno. Hubo mucho tiempo en el que esto mismo me sucedía a mí misma y me sentía frustrada, hasta que me di cuenta de que los libros no tenían por qué dividirse, necesariamente, en buenos o no. Tengo claro, cada vez más, que la mala literatura es aquella que no se ha escrito; aunque, eso sí, sin faltas de ortografía, ¡por favor!

“Ninguna época ha tenido una consciencia tan estridente del sexo como la nuestra”

Recomiendo a cualquier persona la lectura de Una habitación propia, pues es una forma de adentrarse breve y rápidamente en el comienzo del feminismo. Os dejo también este artículo sobre el libro, pues me ha parecido muy interesante.

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